martes, 22 de mayo de 2012

El Presidente del Tribunal Supremo y su actuación



El presidente del Tribunal Supremo debe dar explicaciones a la ciudadanía, por transparencia y por ética.

El hecho de que un tribunal considere que no existen indicios de un delito de malversación de caudales públicos, no implica, en ningún caso, que no se hayan cometido irregularidades y, por supuesto, no puede decirse, como ha manifestado el ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardon, que el presidente del Tribunal Supremo, Carlos Diva, haya salido favorecido o reforzado.


Ante la gravedad de las acusaciones imputadas a Carlos Diva, es necesario que se informe a la ciudadanía de las justificaciones que éste ha dado sobre sus supuestos viajes de trabajo, para que la ciudadanía restablezca su confianza en el poder judicial. Como afirma Gómez de Benítez, no sólo el Consejo del Poder Judicial no ha conseguido una explicación, tampoco lo ha logrado la ciudadanía.

Hasta el momento, sólo conocemos que el presidente del Tribunal Supremo ha sido denunciado por efectuar veinte viajes a Marbella a cargo del Consejo. Es posible que haya justificado que, en ningún caso, haya destinado a usos ajenos a la función pública los ingresos que en su día se le hicieron de las facturas abonadas o que abono de forma directa el Consejo. Es posible, incluso, que incurriera en algún error y, por ello, no se haya considerado la existencia de indicio alguno de delito. Sin embargo, no se ha dado explicación alguna de cuáles eran los motivos de sus viajes, ni de por qué estos se producían durante los fines de semana, ni el destino de los mismos, siempre al mismo lugar Marbella, ni se ha justificado las cuantías de las facturas que se abonaron. No dar explicaciones de todos estos aspectos acrecienta el desconcierto y la desconfianza de los ciudadanos.

Sería conveniente que la opinión pública conociera la justificación no de la no existencia de indicios de delito, sino de la no existencia tampoco, en ningún caso. de irregularidad de tipo alguno.

El Presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial no es un funcionario cualquiera, es una persona que representa a la justicia en este país, que ha sido designado en base a la soberanía popular y por tanto debe tener y mantener el respaldo de la misma. No es de recibo que pueda existir ni la mínima duda de su actuación, porque la imagen que traslada de la justicia es opaca, cuando uno de los principios de la justicia es actuar con transparencia, como ha señalado Gómez de Benítez.

Es muy importante que se explique con claridad y que no nos quede ni la más mínima duda de las razones de la actuación del presidente del Tribunal Supremo. Es importante para la justicia y la percepción que de la misma se tiene.